jueves, 18 de septiembre de 2014

LA MUERTE DEL EGOÍSMO. 32 razones para leer y compartir el libro (I)


Estas son algunas de las 32 historias, reales y extraordinarias, que podéis encontrar en mi último libro La muerte del egoísmo. Locos revolucionarios que eligieron un día el camino más difícil para alcanzar el éxito: el del sacrificio, el de la entrega, el del esfuerzo. El de la bondad. El de la generosidad. Darlo todo por nada y nunca medir lo que das, escribió el poeta. A veces, incluso, la propia vida.
El libro La muerte del egoísmo (Ed. Palabra) lo podéis encontrar en librerías (TROA, Casa del Libro, El Corte Inglés, San Pablo...) y en Amazon.  








MAR AFUERA. Una Familia feliz

Aparentemente, la familia García Garrido es una de esas familias corrientes, que vive una vida corriente en un barrio corriente. Nada fuera de lo común. Pero cuando los conoces, cuando compartes con ellos la risa, la complicidad, la ilusión y la alegría de vivir, descubres que, en realidad, estás ante una familia extraordinaria, compuesta por personas extraordinarias y que dan cada día un ejemplo extraordinario de lo que es la felicidad.  A pesar de la desgracia, a pesar de la enfermedad. Y es que Loli, Toni y sus seis hijos no es que hayan matado el egoísmo, lo han pulverizado. Directamente.




EQUIPO HOYT. Mi padre es mi héroe

El Ironman es la prueba más dura y exigente del Triatlón: 3.800 metros nadando en mar abierto, 180 km en bicicleta y 42,2 km de carrera a pie. Sólo los atletas más resistentes y preparados tienen el valor de participar, después de años de entrenamiento. Si a esa dureza extrema le añadimos remolcar una pesada barca mientras nadas, cargar con un sidecar acoplado a tu bicicleta y correr empujando una silla de ruedas con un individuo de 70 kilos encima, ya no eres un atleta, eres un héroe. Y hace falta mucho más que el más exigente de los entrenamientos para llegar a la meta. Hace falta sentir mucho amor por ése a quien llevas. Tanto, que verle sonreír mientras tú resoplas por el esfuerzo sea tu mayor recompensa.



MOIRA KELLY. Madre sólo hay una

La imagen es conmovedora en el programa de la television australiana: sobre el escenario, un joven iraquí con serias deformaciones sujeta el micrófono con sus muñones mientras realiza una interpretación sublime de Imagine; en la mesa del jurado, llanto contenido y sincera admiración; en el público, llanto incontenido y entregada devoción; y en el backstage, la alegría y el orgullo desbordados de una madre que consigue a duras penas no saltar al escenario para abrazar a su hijo. El joven se llama Emmanuel. Su madre adoptiva, Moira Kelly; una discípula aventajada de la Madre Teresa que protagoniza una historia de amor, entrega y fe.



MÁS ALLÁ DE UN ROSTRO. ¿Incapacidad? No, capacidades distintas

Visto desde fuera, tener un hijo con síndrome de Down es, para la mayoría de la sociedad, una desgracia ajena. Visto desde dentro, para la mayoría de los padres la noticia es un shock; para algunos, incluso, una tragedia. Pero con el paso de los días, el drama va dejando paso a la comedia romántica y, con los años, la presunta tragedia se convierte, casi sin excepción, en una maravillosa historia de amor.







JAVI. Yo también merezco celebrar la Navidad

“Yo nací un día que Dios estuvo enfermo” escribió el poeta del dolor. Puede que Javier Cosano, Javi, pensara lo mismo cuando tuvo edad suficiente para pensar. Y es que, durante los 40 años transcurridos desde el día en que nació, ha tenido sobradas razones para pensarlo. Y para sufrirlo. Gitano de raza y condición, huérfano de padre y abandonado por su madre, clinero desde los 11 años, drogadicto no mucho después, desde siempre durmiendo entre cartones, en una esquina cualquiera de una calle cualquiera de un barrio cualquiera de Madrid.





ES PAÍS PARA VIEJOS. Un merecido homenaje a nuestros mayores

En la durísima novela de Cormac McCarthy, el estado fronterizo de Texas no es país para viejos porque el sádico y frío Anton Chigurh se encarga de que muy pocos lleguen a la edad madura. Pero España no es Texas. Aquí sí llegamos a viejos; y cada año son más nuestros mayores. Más en número y más en edad. La clave está en cómo transcurre su vejez, con qué grado de dignidad, o de soledad, o de compasión. La clave está en cuánto amor les entregamos nosotros, todos, para mantener viva su llama.




JEFF Y CLIFF. La experiencia más humana

Jeff y Cliff son dos hermanos veinteañeros, huérfanos de madre, con un padre drogadicto y alcohólico al que no ven desde hace años, que un día deciden no permanecer ni un segundo más lamentando su mala suerte y comienzan una búsqueda de sí mismos a través de los demás. Pero no de cualquier “demás”, sino de los que están incluso más desheredados que ellos: los ‘sin techo’ de Nueva York, los niños perdidos de Lima y los leprosos de los bosques de Ghana. Tres experiencias reales como la vida, convertidas en un multipremiado documental que ha conmovido al mundo.




ROCÍO, IGNACIO, MARÍA E ÍÑIGO. La mejor lección del verano

Rocío e Ignacio no han hecho turismo solidario para ricos este verano. No han dormido en confortables suites con servicio, jacuzzi y terraza con vistas a la pobreza. No han lavado su conciencia occidental dejando unos dólares de propina en el cesto del “tercer mundo”. No. Rocío e Ignacio han comido, han dormido, han convivido codo con codo con la miseria. Porque han ido a la miseria a currar. De sol a sol. Y más.

María, como Rocío (su prima y su mejor amiga), eligió uno de los rincones más pobres y castigados del mundo para pasar sus vacaciones de verano: Camboya. Y, como además María nunca ha sido de mínimos, de entre toda la miseria que azota inmisericorde a los camboyanos desde hace décadas, eligió a los más olvidados, a los más desafortunados, a los más castigados… a los más necesitados: los niños que viven (sobreviven) en los infames basureros que rodean la ciudad de Phnom Phen. A ellos llevó María su sonrisa contagiosa, y a ellos dedicó también, junto a su hermano Iñigo y el resto de jóvenes voluntarios, cada minuto de las cinco intensas (y agotadoras y durísimas) semanas que vivieron en los campamentos de la organización Por la Sonrisa de un Niño.

LIZ MURRAY. Del infierno a Harvard

Cuando Antoine de Saint Exupéry dijo, en boca de su Principito, “a veces no sabes lo que puedes hacer hasta que lo intentas como si supieras que lo vas a hacer” no se refería, probablemente, a Liz Murray y el pozo de miseria del que tenía que escapar. O sí. El caso es que eso fue exactamente lo que hizo Liz: intentarlo, y conseguirlo. Salir de la calle y entrar en Harvard. A pesar de que su vida decía que era absolutamente imposible.





BETHANY HAMILTON. Alma de surfer

Bethany Hamilton estaba predestinada a las olas desde que llegó a este mundo. Nació en la cuna del surf, Hawaii, de padres surferos, y desde niña se rodeó de hermanos, amigos y vecinos surferos. A los ocho años ya competía —y ganaba— en las salvajes olas de Oahu; luego siguieron decenas de campeonatos y de trofeos. Cuando cumplió trece, un tiburón envidioso reclamó su propio trofeo: el brazo izquierdo de Bethany. Sólo tres meses después estaba compitiendo de nuevo. Con un brazo menos, pero con una fe, un coraje y un espíritu que han conmovido al mundo entero, dentro y fuera del mar.

JAIME CABALLERO Y JACOBO PARAGES. Un corazón como un océano

Jaime nada por los que no pueden nadar. Jacobo por los que creen que no pueden. Jaime ha realizado proezas casi sobrehumanas con repercusión internacional. Jacobo ha superado desafíos con una alcance humano más allá de lo común. Ambos, Jaime y Jacobo, nadan por la mejor de las causas: los demás. No importa el alcance de sus retos, la medida de sus proezas; importa el alcance de su mensaje, la medida de su ejemplo, de su entrega. Importa, sobre todo, el tamaño de su corazón. Un corazón como un océano.











JACK TWYMAN. El jugador más valioso de la NBA

Jack Twyman fue uno de los jugadores más completos de la NBA, jugó 11 temporadas y disputó seis veces el 'All Star'; siempre hambriento de canasta, en la temporada 59-60 fue el primer jugador en la historia, junto al mítico Wilt Chamberlain, en superar los 30 puntos de media. A lo largo de su prolífica carrera batió varios records dentro de la cancha, pero la hazaña por la que siempre será recordado y admirado tiene más que ver con el compañerismo, la generosidad y el valor fuera de la cancha, en una época convulsa y violenta.
 






EL ALMA VIVA. Síndrome del cautiverio y felicidad

Están encerrados en su propio cuerpo, totalmente paralizado por una cruel enfermedad, pero con su cerebro intacto. No pueden moverse, ni hablar, ni alimentarse, ni realizar sus necesidades básicas sin ayuda; no pueden siquiera sonreír. Viven dentro de un cuerpo muerto, y sin embargo aún tienen ganas de vivir. Sufren un verdadero infierno cada minuto de cada día, y sin embargo no se sienten desgraciados. Muchos, incluso, aseguran ser felices.





PLAYING FOR CHANGE. Alguien a tu lado

Los músicos callejeros son habitualmente despreciados por los insensibles viandantes de las grandes ciudades o, en el mejor de los casos, simplemente ignorados. Algunos de ellos son molestos, es cierto; pero muchos otros poseen enorme talento, cuando no auténtica genialidad. Sólo nos piden que nos detengamos un minuto, que escuchemos su música y, si acaso, echemos una moneda o dos. Muy poco para lo mucho que ellos nos dan.





GINO BARTALI. El héroe silencioso

Gino Bartali, Il Ginettaccio,  fue un grande entre los grandes del ciclismo, un deportista extraordinario y un mito para el pueblo italiano, que lo adoraba como a un verdadero héroe; especialmente Mussolini, quien lo convirtió en símbolo viviente del Partido Nacional Fascista. Vencedor del Giro de Italia en siete ocasiones y del Tour de Francia en otras dos, ganador de cinco campeonatos nacionales y de unas cuantas clásicas, Bartali era un magnífico escalador, un corredor duro y tenaz, un líder generoso con su equipo… y un ser humano excepcionalmente valiente que se jugó la vida durante los años más duros del fascismo para salvar a ochocientos judíos del exterminio. Una hazaña, por cierto, que mantuvo en secreto hasta su muerte, y que fue descubierta por casualidad.




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