jueves, 2 de junio de 2022

Por qué los Stones siguen siendo los más grandes "Sixty" años después

 


Lo que ayer vivimos en el Wanda Metropolitano no fue un milagro, como señalan algunos, ni un canto del cisne moribundo, como desearían los más agoreros. Ni siquiera fue una sorpresa, al menos para la mayoría. Fue la constatación –otra más- de algo que ya sabíamos: que los Rolling  Stones son la banda de rock más grande de todos los tiempos. No solo por su longevidad, que también, sino porque sesenta años después de su nacimiento siguen tan frescos, tan potentes, tan intensos, tan divertidos como hace seis décadas, como hace tres o como hace una. Anoche lo pudimos vivir y sentir en el Wanda más de 50.000 afortunadas almas totalmente entregadas a la causa.

Vimos y sentimos la fuerza incendiaria de unos septuagenarios (Mick, 79; Keith, 78; Ronnie, 75 cumplidos ayer mismo; Charlie habría celebrado 81 en agosto) que siguen tocando, vibrando y brincando como unos treintañeros. Sonando de manera pletórica, inmensa, como solo ellos saben y pueden hacerlo. Puro rock ‘n roll, puro rythm & blues, pura magia. Los que allí estuvimos anoche lo vivimos en directo. Y sabemos perfectamente lo que vivimos. Que nadie trate de explicarnos qué, cómo o por qué. No hay explicación. Salvo que son los más grandes en lo suyo. Como Nadal. Como el Madrid. It’s only rock ando roll, but I like it.

Ayer, 1 de junio de 2022, The Rolling Stones nos regalaron un concierto de más de dos horas repletas de minutos gloriosos. Aparte del momentazo “happy birthday” dedicado a Ronnie Wood, los 12 minutos de Midnight Rambler, el careo Jagger-corista de Gimme Shelter, o el final apoteósico encadenando Start Me Up, Paint It Black, Sympathy For The Devil, Jumpin’ Jack Flash y Satisfaction, yo me quedo con ese Out Of Time, un tema mítico de 1966 que tocaron ayer, en Madrid, por primera vez en concierto. El mensaje queda claro: después de 60 años en la carretera, no estamos fuera de tiempo ni fuera de ritmo ni fuera de onda. Somos los Stones. Y seguimos siendo los putos amos.

 


Y ya que estamos, porque me cuesta parar aquí (estoy escuchando Sticky Fingers mientras escribo), voy a atreverme a resumir en diez puntos las claves de esta afirmación tan contundente.

1. Por empezar por lo más vistoso. Mick Jagger sigue siendo tan sexy, irreverente, provocador, carismático y energético como siempre. Un influencer en toda regla. Por eso le seguimos amando con pasión.

2. La banda ha sabido gestionar los egos con inteligencia y equilibrio desde sus inicios. Algo nada fácil en este mundo del show business (que pregunten a los Beatles y a tantos otros).

3. Los líderes de esta empresa llamada The Rolling Stones han sabido también arroparse siempre por un equipo solvente, perfecto, extraordinario. Captación y retención de talento realizado con sabiduría y acierto. Ayer, especial mención a Darryl Jones (bajo), Chuck Leavell (piano) y Steve Jordan (batería, 65 años) que, simplemente, se salieron.

4. La banda ha sabido mantener intacto el poder de su marca durante 60 años. The Rolling Stones TM conserva toda su fuerza, su reputación y su autoridad frente a todas las marcas de la competencia. Y seguirá incluso cuando ellos ya no estén sobre el escenario.

5. Es una marca -y un producto- que trasciende las generaciones. Una historia que empieza en abril de 1962 y que hoy, junio de 2022, sigue movilizando a millones de personas y llenando estadios por todo el mundo. Se han mantenido actuales conservando sus raíces, sacando material nuevo regularmente y llegando con fuerza a nuevos públicos. Mucho trabajo detrás.



6. Siguen dando espectáculo, que es lo que su público demanda. Entregándose en los directos con eléctrica intensidad y sin limitarse a vivir del legado. Inconformistas, perfeccionistas, generosos (el concierto de anoche duró cerca de 2 horas y media) y honestos como pocos, de ayer o de hoy.

7. Tienen una complicidad con su público muy especial, muy verdadera y palpable. Conexión total. Saben cómo hacerlo y los fans responden con entusiasmo y gratitud. Mick habla con el público, introduce cada canción, les hace partícipes; Keith agradece emocionado el cariño demostrado en sus dos temas en solitario; Ronnie está feliz como un niño con el Happy Birthday coreado por 50.000 gargantas más o menos afinadas…

8. Orgullo de pertenencia: jamás he visto en un concierto tal cantidad de camisetas de los protagonistas. Camisetas viejas, ajadas, descoloridas, de otras giras, de otras décadas, recién compradas… Todos querían reivindicar con orgullo su fervor por los Stones.

9. Mantener viva la pasión durante 60 años está al alcance de muy pocos, en cualquier profesión. Pero ellos siguen disfrutando de su trabajo, de su compromiso con la marca y con el público, con el mismo entusiasmo, con la misma profesionalidad, con la misma pasión que hace seis décadas. Ayer lo volvieron a demostrar con una clase magistral de lo que es amar lo que haces.

10. Esta te la dejo a ti: ¿cuál crees que es el secreto de los Rolling Stones para mantener viva la llama después de 60 años? Y a una edad en la que la mayoría llevaríamos jubilados 10 o 15 años. Cuéntamelo en los comentarios. Gracias J

 


PD. El concierto en el Wanda fue perfecto. Solo un pequeño pero: eché mucho de menos algunos de mis clásicos, como Dead Flowers, Angie, Ruby Tuesday o Sweet Virginia. Pero, claro, you can’t always get what you want




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