Lo que yo hago no es escribir.
Es transmitir.
Una idea, una emoción, una historia, un sentimiento.
Un sueño compartido. Un cuento.
Es provocar.
Una respuesta, una reflexión, un deseo, un pensamiento.
Un movimiento, fugaz o intenso.
Es plantear dudas. O afianzar certezas.
Es consolar. Y cabrear.
Lanzar mensajes al viento.
Es hacer poesía de lo mundano.
Y convertir lo humano en inmortal.
Es expresar lo que siento.
Repensar lo que pienso.
Es decir y no decir.
Es crear imágenes con palabras.
Y dejar estelas de silencio que perduren en el tiempo.
O eso intento.
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