𝗛𝗼𝘆 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗴𝗿𝗮𝗻 𝗱í𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗺𝗮𝗿𝗶𝗻𝗲𝗿𝗼𝘀, 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗲𝘀𝗰𝗮𝗱𝗼𝗿𝗲𝘀 𝘆 𝘁𝗼𝗱𝗮𝘀 𝗹𝗮𝘀 𝗴𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗺𝗮𝗿.
El día de la Patrona querida y venerada, de la Estrella del Mar que los guía y portege en sus viajes y faenas, enfrentándose a diario a las tempestades (del mar y de la vida), a las ausencias (prolongadas y permanentes) y a todo tipo de dragones (la mayoría al amparo de las sombras en sus cuevas con forma de despacho).Hoy, día de la 𝗩𝗶𝗿𝗴𝗲𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗖𝗮𝗿𝗺𝗲𝗻, 𝗦𝘁𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗠𝗮𝗿𝗶𝘀, me he despertado con dos pensamientos en la cabeza y un himno en el corazón.
El primer pensamiento está bañado de recuerdos. De veranos de mar y de olas; de paseos por el malecón de mi Zarauz del alma; del impresionante 𝗗𝗲𝘀𝗲𝗺𝗯𝗮𝗿𝗰𝗼 𝗱𝗲 𝗘𝗹𝗰𝗮𝗻𝗼 𝗲𝗻 𝗚𝘂𝗲𝘁𝗮𝗿𝗶𝗮, que cada cuatro años rendía tributo a la llegada del puñado de supervivientes -harapientos, exhaustos, famélicos- de la expedición de la nao Victoria al puerto del pequeño pueblo pesquero, que vi con mi abuelo siendo un niño y me dejó marcado de por vida.
También el recuerdo, ya más mayor, de compartir con mis hijos, con los pescadores y con el pueblo de Comillas la procesión marinera y el homenaje floral a los muertos en el mar, que cada año se celebra el 16 de julio en esta villa marinera, mi segunda casa después de Zarauz. ¡Qué buenos y bonitos momentos!
El segundo pensamiento de esta mañana ha sido para uno de mis cuadros favoritos de Sorolla y todo lo que representa. Lo bueno, lo malo y lo peor del trabajo en el mar. El peligro, el sufrimiento, el sacrificio, la dureza, la muerte; y también el compromiso, el coraje, la fortaleza, el compañerismo, el sentido del deber. La llamada -ineludible- del mar y la respuesta siempre afirmativa del hombre, a pesar de todo.
Ahí queda esa obra maestra de la pintura y de la denuncia social que es "¡𝗔ú𝗻 𝗱𝗶𝗰𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗹 𝗽𝗲𝘀𝗰𝗮𝗱𝗼 𝗲𝘀 𝗰𝗮𝗿𝗼!" (y es cierto, aún lo decimos).
Por último, el himno. Por supuesto, 𝗘𝘀𝘁𝗿𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗠𝗮𝗿𝗲𝘀, 𝗹𝗮 𝗦𝗮𝗹𝘃𝗲 𝗠𝗮𝗿𝗶𝗻𝗲𝗿𝗮. Mi mujer se ha levantado tarareándola en recuerdo de su madre, Carmen (nos dejó hace pocos años), y aún no he podido -ni he querido- quitármela de la cabeza. O mejor dicho, del corazón.
Ahí permanecerá anclada durante todo el día. En homenaje a mi suegra. En homenaje a las gentes del mar. En homenaje a mis recuerdos de infancia. En homenaje, sobre todo, a la Virgen del Carmen, Stella Maris.
Salve, Estrella de los Mares,
de los mares iris de eterna ventura,
salve Fénix de Hermosura
madre del Divino Amor...
https://lnkd.in/d-XN_sWE
(Salve Marinera interpretada por los marinos del buque escuela Juan Sebastián de Elcano en la iglesia de San Salvador de Guetaria, el 16 de julio de 2019).
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